31 jul 2009

Abominable


¿Y si realmente apesto? Sería comprensible la seriedad de los otros, o el que mis eventuales compañeros en los haciendo de a dos en la combi se cambien a penas tengan oportunidad. O tal vez se deba a mi gordura que la gente se incomoda de estar a mi lado. Si debe de ser eso. Desde lejos, tal vez, las miasmas de mi hedor infecta y afecta el mundo que se esconde en las fosas nasales de los demás limeños.
Puede ser que el olor vaya más allá de los límites de mi cuerpo y se haya impregnado en mi bella Lima, ¿acaso no nos hemos detenido alguna vez en la calle, solo por curiosear, a ver los rostros de los viandantes? Todos caminan amargados, jodidos, ¡y somos feos!. La preocupación contrae nuestra cara, las arrugas son más nuestras que otras cosas (a la mierda los apellidos)… Pero no, no puedo ser tan importante. No se debe a mi hedor, tampoco a mi figura extraña, a mi rostro deforme tan igual al de todos pero al mismo tiempo desesperante. No.
Tal vez soy [somos] ahora uno de los herederos de la penurias de Lima. Por [desde] mi [nuestro] cuerpo circulan las desesperanzas, las decepciones y limitaciones de todos. Soy [somos] la epítome de todo lo que nos rodea, secundarios todos. Un hombre como todos que ha heredado con todos la lucidez de saberse jodido y jodedor. Como todos los somos. El hedor de los fracasos se entiende sobre nuestras cabezas, totalmente gris y absoluto. Sí, simplemente abominable.

25 jul 2009

El maistro Quintín

h

2:00 p.m.
O lunes o martes, hasta sábado a veces. Suena el timbre. Abren las puertas de sus aulas, los alumnos salen a empujones y amenazándose groseramente, corren al comedor con sus tripas al borde de la desesperación. Se sientan en las mesas cuadradas, mientras que los profesores ocupan la mesa redonda del fondo.
Los educadores dejan sus maletines en el suelo y ordenan con educación su ración de comida. El maistro Quintín llega tarde, el lugar repleto, las charolas de aquí para allá; así que no queda otra que sentarse en las mesa de los colegas, donde siempre tiene un lugar reservado.
Una vez servidos los platos, se da inicio al mismo diálogo de todo los días.

- ¿Qué le parece el programa curricular anual propuesto para el próximo año?
- …
- ¿Cómo está manejando sus indicadores?
- …
- En la jornada técnico – pedagógica pasada…
- …
- Fui a la capacitación, firmé y me fui: tenía plancito.
- …
- …Que debe buscar nuevas estrategias…
- …
- Profesores, a la salida nos quedamos para resolver la pérdida del lapicero rojo del alumno Fulano De Tal
- …

El maistro Quintín come y requetecome. Su corbata más ajustadísima que nunca.

- Los Caribeños de Guadalupe tocarán en el 7055 por el día del maestro ¿vao profe? De la pollada nos pasamos empiladazos con las malcriadas…
- …
- ¿Sus unidades y registros? El colegio no imprime, es su responsabilidad.
- …
- ¡Descuento!
- …
- Habría que homogenizar nuestros instrumentos de aprendizaje…
- …

En medio de esas voces surge una que va directamente hacia Quintín:

- ¿Y profe Mengano? ¿Se presenta al concurso de plazas? Usted es joven.

Era su coordinador, el amo y señor de la pedagogía. Magister en el decomiso de mochilas a quienes no le cumplían con la tarea. Con estudios en Europa sobre técnicas para jalar orejas sin dejar marcas, además de llevar un taller creativo de cómo convertir cualquier objeto del aula en un instrumento de tortura. No cabía duda de que era un tipo preparadísimo para ejercer la profesión.

- No puedo. No soy profesor – contestó Quintín con la comida aún en la boca.
- ¿Que no?
- Yo he estudiado Literatura.
- ¡Claro, hombre! ¿En la Cantuta?
- No
- ¿En algún pedagógico?
- No
- ¿Entonces dónde estudió?
- En el CULP
- ¡Vaya! El Círculo Único de Literatos del Perú.
- Sí
- ¿Quién enseña diseño curricular allí? De repente es amigo mío.
- ¿Cómo?
- ¿Y Corrientes Pedagógicas Contemporáneas?
- ¿Ah?
- ¿En qué ciclo llevan antropología educativa?
- Yo he estudiado literatura.
- Pero por eso, profe Mengano, es usted un profesor.
- …
- ¿Profe Mengano?
- …
- ¿Profesor?
- …
- Sí, lo soy – dijo Quintín. Y sonó el timbre.

Pero si no hubiese sonado el timbre anunciando el regreso a las aulas, Quintín tampoco se hubiese molestado en explicar su profesión, en precisar detalles. ¡Qué flojera! Tampoco le habría dicho que no le gustaba lo de Profesor Mengano por considerarlo irreal, aunque también hubiese resultado inútil decirle que su verdadero nombre era Quintín. Ese no era el nombre de un profesor.
Quintín agregó a todo ello el hecho de que se acercaba fin de mes, razón suficiente para velar su identidad y no entrar en problemas ni debates con nadie en pos de un pago puntual y completo. Así que él, el maistro Quintín – como gustaba denominarse para ser justo consigo mismo - subió al aula que le correspondía y a sus alumnos los saludó con la careta que tenía para marzo a diciembre hasta las 4:00 p.m., la de profesor, profesor, el peor de todos.

Lo que ella no sabe de mí…


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Había llovido todo el día, pero insistió en salir. Conseguir el permiso, no fue fácil; regresar resultó más difícil. Más difícil cuando el último trecho que quedaba entre la casa y ella era el más empantanado. durante todo el recorrido procuró seguir por los caminos secos, pero ahora ese lodazal que aparecía atentaba contra ella. Temía llegar a casa con los zapatos sucios. Mancharía la alfombra de mamá.
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Se quitó el calzado, iba a dar el primer paso y de pronto pero si viera mis medias sucias, ella no me lo perdonaría jamás… Se quitó también las medias. Con los pies desnudos caminó sobre el terreno enlodazado, sintió el barro frío untarse en su empeine, colarse entre sus dedos, penetrar en sus uñas… y sonrió.
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Podré manchar mi cuerpo y ella no tendrá por qué enterarse. Hay cosas que ella no tendrá cómo enterarse.
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Pensó en lo bueno que sería llegar a casa. Fantaseó con sentarse a la mesa a disfrutar de la cena caliente que Eduviges tendría ya lista a servirse señora y comer despacio como ya le habían enseñado, no olvidándose de usar el cuchillo separando bien en pequeños trozos. Y cada vez que tuviese que cortar un nuevo trocito, estirar un poco los pies embarrados cubiertos por las finas medias y los zapatitos negros y rozar a su madre y Cathy siéntate bonito, niña, no es hora de estar jugando… Y a pesar del regaño, sonreirle. Y saber que, aunque su madre no pueda sentir, tras medias y zapatos, el divino barro que lleva, allí está y la ha manchado... Y solo yo lo sé.
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Al mal paso darle prisa

Empecemos con las papas y los camotes, dijo Quintin. Sale y vale, respondió Agnes. Y el Abominable dijo, será pues (bueno, el Abominable no dijo nada pues aún no sabe, pero conociendolo fácil q eso diría).

Arrancamos con "mi identidad secreta", esa partecita de nosotros q ocultamos para nuestro pesar y para nuestro deleite. Ya saben, cada quien, a su manera.

24 jul 2009

LOS ORÍGENES

Seudomanifiesto chacrita

Hace meses me acechaba la idea de tener un blog. El último fin de semana me ponia a revisar lo q escribo de vez en cuando y pensaba "esto nunca lo voy a corregir ni haré nada con ello si lo sigo aki guardando" y pensé nuevamente - (ohhh pensé) - que podía echarlos a la chacrita virtual como quien saca a pasear a los perros y le devuelve sus piedras al mar.

De más en más quería yo también rinconcito donde colgar mis chivas y ser omnipresente mediante la divina gracia de la red. Eso de ir guardando los apuntes para luego revisarlos con calma y publicar para la posteridad ya empezaba a olerme a pensamiento rancio. Además que posteridad tal vez no haya si la frecuencia de los accidentes que me arriban persiste en hacerse constante.

La última vez que casi me atropella una camioneta, pensaba en ser parte de esta gran chacra que es el mundo de los blogs, Pero también pensaba en que hacer un blog de uno, no era para mí. Eso de escribir solo en mundo tan ancho como ajeno, se me hizo triste como irse a chupar solo solito. Me gusta conversar, departir con alguien siempre es paja. En blog de uno, pensaba (una vez que empiezas a pensar es difícil detenerse), será monólogo eterno. Prefiero el diálogo, miradas diversas. Pero tampoco un caleidoscopio cruzado. Que por algo los cangrejos se cruzan con los cangrejos. Así que en lo mínimo pero necesario los coautores debían ser similares, próximos pero distintos. Para poder conversar pero no matarnos. Además y sobre todo, prefiero el diálogo para no aburrirme de mí misma.

Así que comentando a unos amigos (ofreciendo primero, pidiendo per favore después) logré animar a dos camaradas a ser parte de un blog en sociedad. Les hice una propuesta que no pudieron rechazar. El principio básico es escribir con placer y por placer, por ende no podían faltar sus dos pilares: libertad y divertimento. Escribir porque nos gusta, porque en otros casos disgusta y a veces porque jode no poder hacer otra cosa. Porque el placer todo eso involucra, la euforia y dolores sustanciales.

A parte del placer propio, también buscamos el ajeno, queremos que quienes pasen por aquí también se diviertan con nuestro divertimento. Pero todo con calma. Como buena chacrita, buscamos buena producción; pero si se dan piedras o hasta rocones, normalazo. Ya os dije, lo importante es divertirnos, y para eso los errores también son buenos, quizás los mejores. Si te levantaste con la pata izquierda y todo te sale mal, chequeanos un rato pa que te despejes y veas que errar es divino.

Escribiremos de todo un poco. Desde piñas hasta fresas, pasando por papas y camotes. ¿A raíz de qué escribiremos? Se planteará quincenalmente, en turnos alguno de los tres da el tema y cada qien escribe lo q quiere sobre ese tema, la forma que mejor le acomode, y si kiere dialoga con el artículo del otro o lo contradice o simplemente no lo ve, será un prisma, cada qien tiene su ángulo. El hilo del diálogo lo reconstruirá el lector Ariadna.

Confío en una larga vida para la chacrita. Como le dije a Abominable, “tenemos una buena combinación creo, tú pragmático, yo dramática y Quintin escribe bien”. Y si no duramos mucho, pues qué importa, lo que siempre importará será disfrutar cada minúsculo momento, como ya lo dije, con placer y por placer.